domingo, 15 de febrero de 2009


Esclavas de El Culto, los días están consagrados al servicio de nuestro Señor.

Su voluntad nos guía hacia abajo y obedecemos.

Sus manos generosas, llenas de sabiduría nos despojan del pecado de la ignominia.

Su agua nos bendice, tocando nuestro rostro con la dulzura de un padre bondadoso.

Su ser todo nos ilumina cuando entra en nuestros corazones agitados.


Sean siervos. Ámenlo.